CHUQUIRAGUA: DESCRIPCIÓN
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Comúnmente conocida como chuquiragua, chuquiraguac, flor del caminante, flor de los Andes (Dueñas et al., 2018), flor andinista (Rhoades, 2006), vela de páramo (Ccana, Monge, Ferreira y Da Costa, 2018) o galuay (Cordero, 2010).
Esta planta habita a una altitud de 3000 a 5000 metros sobre el nivel del mar (Guerrero et al., 2019), distribuyéndose a lo largo de la cordillera de los Andes y Sudamérica, en zonas desérticas o semidesérticas (Ezcurra, 2002), regiones áridas y semiáridas (Padin, Calviño, y Ezcurra, 2015) y páramos (Ulloa, Álvarez, Jørgensen y Minga, 2004) de Colombia, Chile, Argentina Brasil, Bolivia, Ecuador y Perú (Ccana et al., 2018).
Es un arbusto esclerófilo (Sklenár, Kucerová, Macková y Romoleroux, 2016), perennifolio (Padin et al., 2015) que puede llegar hasta los 150 cm de altura; las hojas son duras y punzantes con una distribución alternada, miden hasta 1,2 cm de alto; las flores son muy delgadas, compactas y punzantes con vistosos colores anaranjado o amarillo, de 20 mm de largo y están presentes entre 20 y 45; el fruto posee una corona (Ulloa et al., 2004).
Su flor es reconocida como la flor nacional de Ecuador (Dueñas et al., 2018), y atraen a los colibríes Oreotrochilus (Ulloa et al., 2004); no obstante, con el pasar de los años esta especie en su hábitat nativo, debido al mal uso de los suelos y la reforestación con especies que erosionan la tierra, se ha visto reducida y amenazada (Jadán et al., 2014).